A veces, el camino se borra,
desaparece ante ti,
impasible observas la nada,
mientras un todo, la rodea.
No siempre,
la seguridad te arropa,
expulsando reafirmantes palabras,
escupiendo cada sílaba
de tu garganta,
mientras ves el paisaje huir,
flores ocultas tras la niebla blanca,
frío perpetuando su reinado,
enterrando el calor bajo el pasado,
olas golpeando la playa,
como si el verano pasara factura,
a tanta felicidad derrochada.
Merodeo los antros cubiertos de noche,
escuchando voces,
que claman motivos,
Y buceo con esas voces,
mientras la lluvia moja el barro
ausente de mis pasos,
buscando la Primavera
deseando el retorno de flores,
desde el abismo de la tristeza,
mientras el Invierno rastrea,
tras la ausencia de aquella senda.
(MIO DCLXXXV)