temor al presente,
ni miedo a ese futuro,
la guerra por fin, cesó.
Todos están en paz,
el tiempo todo selló,
sólo lo importante permaneció,
perpetuandose en el corazón.
Cerrando puertas de ira,
borrando lágrimas caídas,
levantando sonrisas sostenidas,
apagando envenadas palabras.
La luz, volvió a brillar,
de entre las tinieblas
resucitó el resplandor,
de aquellos pequeños ojos.
Y de nuevo, recordó.