Al mundo, una alma triste asoma,
sus lágrimas mojan el delicado cristal.
Tiende la vida en esa pequeña ventana,
poco a poco, va secando la mojada alma,
tendiéndola al sol.
A la tarde, sólo manchas negras de ropa
escurrida en la ventana, se ven.
Los colores han volado,
evaporándose con el agua.
El dolor, se ha disipado en gotas de
diamantes
deslizándose por su cara.
La vida, ahora, es en blanco y negro.
Creado para el Baresias. Octubre 2016.