Al amanecer,
madre le vino a buscar
a un frío y hospito lecho.
Su alma sufría,
quiso aliviar y arropar
la frialdad,
de aquella madrugada.
La soledad se adueñó,
la muerte enfrente,
torpeza de despedida
a lo amado en el tiempo.
Él,
no quería vivir así,
tiro la toalla al vacío,
una mañana de Marzo.
Perder y ganar,
por fin entendí,
sólo una vida hay,
decides cómo,
con quién
o si vivirla.
Ese,fue su último legado.
(MIO CXXIX)
