Corazón en la mano, retorna la paz y tranquilidad del hogar, cuelga cada recuerdo guardado, coloca cada beso perdido en su cajón, tatua la ropa del pasado en el armario de la vida.
Y regresa, con la sensación de nunca haberse ido, con el estimulo de perpetuar ese amor, con el deseo de retomar lo obviado.
Y olvida, para poder sobrevivir a la ira, para preservar la felicidad en cada minuto de su existir,para sentir el mundo como parte de ella.
Y sueña, con ser lo que es, mantener alma pura, disfrutando del arduo sendero.
Y sonríe, cuando la razón toma las riendas de su trono y reino, deslizándose por su montaña hacia el gran valle donde la diana suena en cada acierto.
Y está por fin aquí, con el corazón a mi vera, disfrutando de esta corta senda, llamada vida.
(MIO DCLXXV)