Prometo guardar lealtad a mi gente, protegerla de cualquier acuse y recibo, mantenerme fiel a las cenizas que regresen de cada tormenta, responder a las normas tatuadas en la lápida de mi vida perpetuadas en cada paso, vislumbrando en la acera del tiempo.
El resto, resbala por el acantilado de la nada.