Niñez susurra al campo,
el olor a hierba trepa,
escala la gran montaña
alzada tras cada paja.
Se adentra en sus entrañas,
imaginación salta al techo,
abre el cajón de la ilusión,
lluvia de razón sobre el balcón.
Atracción improvisada
brincando a la vida,
en el suelo la mirada,
calculando la distancia.
Felicidad asoma a su cara,
libertad llama a su puerta,
el verano acompaña,
a la pequeña hada.