Hace meses apague la televisión,
no aguantaba ver tanto dolor,
morbosidad
paseando a su lado.
Hace días quemé los periódicos,
cada día todo igual,
lo negativo prioritario,
noticia que vendía.
Hoy veo la niñez
reposar su sueño
en la humedad de una tierra,
vida a merced de intereses.
Ojalá el viento borrara sus cuevas,
destrozara acuerdos,
volatizara ambiciones,
ese niño, tuviera una cama.
Y volara con sus sueños,
lejos de una alambrada,
de las metralletas,
del miedo.
Ojalá mis manos
no estuvieran esposadas,
y libres hicieran algo
por cada vida arrojada
a madre tierra.