Y te miro,
no te reconozco,
no sé en qué momento
huiste de ti,
para convertirte
en espejismo
de otro.
Y sigo buscando,
restos de cenizas
entre las estelas de tus pasos,
encontrando solitaria alma,
revolviendo entrañas.
Aún existe esperanza,
hasta que el último suspiro
exhale las ganas
del nuevo respirar,
enterrando olvido
bajo frío silencio.