Vio la luna
golpear la estela,
con su roce
mostrar belleza.
Ya nada volvió
a ser igual.
Ella reposaba
en la mirada pérdida,
de un mundo
en su dolor
agonizando.
Y mostró su hermosura ,
cada amanecer,
atardecer,
cada anochecer,
el ser
ante su encanto
despertó.
Comenzó su paso,
a ser escuchado
en el silencio
de la oscuridad.
La vida se abría paso.