Mesas alrededor,
cotilleando vidas,
alegrándose mal ajeno,
mirando su cuerpo
suspirando del pasado.
La terraza de mi barrio,
habla bien despacio,
acento asturiano,
habla a gritos.
Dos mesas más allá,
una conversación
entierra vida,
en vida.
La infancia crece,
en indiscreciones
consentidas,
vida proletariada,
vida social,
en la barra de algún bar.