Tras la valentía,
timidez aguardaba,
más altiva la pensaban,
quién no la conocía .
Ella escondía,
retrato de su alma,
más siempre huía,
así lágrimas ocultaba.
Nada más lejos
de ofender,
quién modestia conocía,
de la grandiosa gloria corría.
Hoy, sigue ruborizándose,
bondad de palabras
esconden sus versos,
perversos de prosas,
inocentes de losas,
sílabas de amor
susurradas,
tímidamente.