Cada 8 causas se rompe
mi corazón,
cuando gira su estela
detrás de cada reja.
Cada 8 días trozos de mí
se esparcen como migas,
mis entrañas lloran
desconsoladas.
Cada 8 noches maldigo ese día,
¡cobarde, no luchaste!,
cansancio vencía,
soga caía.
Cada día sonrió al ver caras reír,
y con ellas, la niña que habita en
mí resucita de la losa de la
madurez,
para tomar de nuevo el poder.