Copos del corazón
caen sobre el suelo
de una habitación.
Blanco manto envuelve
la sonrisa enredada,
regresando nuevos tiempos.
Ella miraba su cielo,
deseaba
blanca semana.
El sol reapareció,
descongelando días,
perdidos en respuestas.
El fin de semana desveló,
estelas de migas
en un tejado.
La vida continuaba,
entre los minutos
abrazados a segundos.
Ya nada podría ser igual,
las huellas borradas,
ya estaban selladas.
Y aquellos ojos … lloraban.