Espuma se desliza por el agua,
chapotea la espera nerviosa,
se zambulle el globo en la niebla,
y de nuevo la red amenaza.
Esperanza asoma a sus ojos,
un no no es suficiente,
para deslizar por el desván,
el recuerdo de un final.
Un final inexistente,
porque después de caer,
lo más dulce y valioso
es volverse a levantar,
eso sí,
con cabeza bien alta.