Sigilosa con mente
concentrada en cada paso,
estudio cada curvatura
de su cuerpo
ladera deslizando,
la agarró por cuatro puntos,
como si la vida
dependiera
de su piel tersa,
y es que
así es,
mujer y naturaleza,
comparten pasiones,
el amor a sus ventanas
y la fragilidad de cinturas.
Subo una vez más,
todo lo humano
queda abajo,
la razón
piensa cada movimiento,
roca a roca,
callejea por su lomo,
y la paz
cuando llegas a su cumbre,
desvanece la oscuridad.