Ni millones de conjuros,
ni miles de sacrilegios,
ni siquiera amuletos,
harían
que volviera a amarte,
con la pureza
de la confianza.
Ni millones de conjuros,
ni miles de sacrilegios,
ni siquiera amuletos,
harían
que volviera a amarte,
con la pureza
de la confianza.