Canta la noche,
bajo las lágrimas
del ocaso.
Busca el Otoño
perdido en el campo,
más allá del horizonte
mece ventana.
Desvanece el susurro
de la oculta noche,
mientras acaricia
la caída de caduca esperanza.
Su canción omite melodía
en el silencio de un vuelo,
más allá del azul del despertar
de un terminal verano.
Así veo el mundo
desde la invible pequeñez,
de un cuerpo caminante
sin guía en su caminar.