En la edad de los hombres,
nacían mujeres,
sabías y madres
reían entre la gente.
Derechos usurpaba,
otro mandaba,
someter debilidad
esconder inteligencia
poseyendo deseo.
Siglos han pasado,
miro la escena,
nada ha cambiado,
ahora la moneda,
más valor que el amor
ha encontrado.
Todo vale por conseguir,
voraz devora
insignificante vida,
para llegar a la meta
bien vestido
y con tono merecido.
¿Cuál es el destino?,
no dar lo merecido
por toda una vida
de cómoda esclavitud,
disfrazada
eso sí con pasión
del egoísta amor.