Vacía como una pared
sin cuadros
ansiosa de pintura,
como un relámpago sin luz
ante el sol que la mira.
Como una noche de verano
oculta de estrellas,
ancestral jarrón
que cae como tempestad.
Yo en mitad del pasillo,
escondida en la nada,
rota en mil pedazos,
al verte partir.
Y me quedé así,
vacía de palabras,
en mitad
de un abrazo,
en una fría sala,
destinada eternamente
ser negada del adiós.
Ese vacío ahora acompaña,
mientras te sigo preguntando
¿por qué tiraste la toalla?.