Se desliza el silencio
entre las butacas
expectantes de armonía
sobre los primeros
albedrios,
ante ausencia
del sol
en eterna oscuridad.
Y las voces entran
interrumpiendo
añorada soledad.
La paz se interrumpe,
demasiadas palabras
ondean entre las sílabas.
Abandonadas en su necesidad
de algo sencillo
y metódico
que narrar.
El duro trabajo
espera vigente
resultado.
Sudores de furia,
ante fracasada idea,
rezumbando memoria
entre escenas y vida.
El lento caminar
busca el lugar
dónde un día
poder encontrar.
Planos de vida,
se abren
ante el lento mirar.
Bocas que hablan,
por no saber callar,
molestando la tranquilidad
de quién se pierde
en su pensar.
Perspectivas abocadas
a una tarde demorada,
siempre las mismas palabras
se escuchan entre las gradas.
Y al final,
la meta llegó
y una sonrisa
de mi boca
se escapó.
Todo lo mereció.