Es un clásico
en reconstrucción
con carrocería
en buen estado
e interior
pendiente de revisión.
Es la confesión
susurrada
en una escondida
esquina.
La madrugada
acariciando el amanecer,
en una copa
de conciencia.
Es el beso
posando sus alas
en la delicadeza
de una acaricia.
Unas manos
tocando deseo
sobre la desnudez
de una memoria.
Es todo lo que el mundo
desconoce
perdido en la mediocridad
de una puñetera etiqueta.
Cogí las tijeras
corté los hilos
que le ataban.
Le di la libertad.