La niebla busca su cueva,
trepa por las montañas
resguardandose
en ellas,
explorando entre sus filos,
el hogar
un día perdido.
La niebla sigilosa
observa,
mientras avanza
con gran belleza.
Siente la vida
sobre las hojas,
acariciando
a su paso.
Tan perfecta,
nada le falta,
excepto
lo que ella añora.
Ahora rastrea
en su silencio,
donde nunca estará,
condenada a vagar
cada amanecer
ansiosa
de encontrar.