Dijiste que me cuidara,
que no corriera y me caí,
que tuviera cuidado,
y condujera despacio.
Dijiste que me cuidara,
que no cruzará la calle,
sin mirar a los lados,
que mirara siempre adelante.
Dijiste que me cuidara,
que no caminara sola
por las calles oscuras,
que había que tener cuidado.
Dijiste que me cuidara,
y en eso ando,
pero siento decirte
que en mi ansia de vivir…
hice lo contrario.
Cruce los limites
de tus consejos en rojo,
caminé por los Infiernos
eso sí con paso ligero,
conduje a la velocidad del sonido
para encontrar destino,
me dormí desnuda en la playa
sin vigilar las luces del cielo,
dormí en el coche
sin seguro en el amanecer
rasurando acantilados.
Aquellos consejos
sólo sobrevivieron
unas décadas ,
luego aburridos
se fueron sin avisar.
Sólo un consejo seguí
vigila siempre tu espalda,
es la única que no ves
cuándo caminas sin coraza.