Luz entra,
albedrío ofrece calor
sin preguntar,
dejo mi piel acariciar.
Pregunta a la mañana
si vio de madrugada
huesos desnudos
temblando pausa.
Escuchó el silencio,
pasos inquietos
disfrazando huellas,
desgarrando desfiladeros.
Busca cobijo
donde calentar
frío cadaver,
así resucitar.
Y la luz sigue buscando
mientras fósil recuerdo
se esfuma
entre miles de páginas.
Instantes.