Allá dónde una lágrima cae sobre la tierra, el cielo toca estela y el espanto se cierne contra las carnes roídas entre los huesos.
Allá donde el silencio se confunde con el viento y acaricia el murmullo de un trozo de madera que se quiebra en el atardecer.
Allá dónde la cerveza cae del cielo y se pierde con su espuma contra el suelo arrastrada donde las raíces poco a poco absorven sus vientres.
Allá, es donde nunca estarán.
Gracias
Brillante!