El susurro del viento sobre espalda, empujaba sentimiento en cada paso sobre blanco manto.
Ellos desde el cielo observaban huellas del día, sabían que la noche lloraba el Invierno y que yo humana, distancia respetaba.
Curioso este sentir danzando más cerca de lo salvaje que apariencia domesticada.
Allí, el silencio abrazaba sin contrato entre dos , y pequeñas flores sobrevivían gélida piscina de alta esfera donde nadie preguntaba.
Sin duda la parte animal irrumpe en mi cuerpo, la pizarra se borra y todo de nuevo tiene sentido, bailo entre lobos.