Cuadrados perfectos
colocados con empeño,
poniendo la premisa
en lados solitarios.
Perfectas formas,
equidistantes,
hermosas.
Vacías de contenido,
maquilladas de valor,
pieles a mostrar
en plenitud agonizante.
¡Vacío de sentido!,
nada entraña,
sólo espera
¿el qué?,
se lo pregunto,
nada contesta,
siquiera expresa,
no escucha ni comprende.
Oigo pequeñas voces,
miran con el prisma
de la ilusión transparencia,
observando
olas romper,
contra el muro
desvaneciendo insistencia.
¡Ay, su corazón!,
tan loable
y tan nada.
Demasiado salitre
para cuerpo de secano,
demasiado sentir
para corazón de madera.