Sólo veo ojos,
ojos escondidos en tristeza,
prisioneras de creencia.
Me zambullo en mirar
y siento su mordaza
sobre mi piel.
No ve el mundo
Y el mundo no la ve.
Adivino gestos
entre el calor
de un dueño.
Siempre dos pasos
por detrás,
de lo que pudiera llegar.
Y mis pensamientos rehenes
entre lágrimas escondidas
tras un pañuelo,
secan su mar.
Vida encerrada
en edades pasadas,
sólo por el hecho
de nacer mujer.
Basado en el cuadro Mujer y Burka de Ángeles Palomeque Barroso. Exposición Pinacoteca «Eduardo Urculo».