Mi mirada pluma
mojada por lluvia,
mochila cargada
bajo sol de verano.
Tu mirada evasiva
resguardada
bajo paraguas.
Su mirada perdida
entre escarpadas
montañas,
claman respuestas.
Mía fue ligera
prisa de juventud
para estamparse
en el conocimiento.
Tuya fue la mirada
directa a los fuegos
del deseo.
Suya recóndita
morada espigada
por la cima del mundo.
Nada que denote posesión
puede traer un apiz de amor,
ni miradas son propiedad,
ni montañas dueños tendrán,
la pluma libre vuela,
paraguas plegados
sólo sirven al cansancio.
La plenitud entre fuego arde,
cenizas cuando el vientre tiemble
entre la boca
de un volcán extinguido.
Los pronombres
defienden al nombre
dejando apellidos
en poder de posesivos.
Y ojos siguen virando
cual veleta al mundo
ahora ciego
deslumbra luz.
Me gusta cómo todo lo que escribes y compartes.
Hoy me quedo con estos versos:
Nada que denote posesión
puede traer un apiz de amor,
ni miradas son propiedad,
ni montañas dueños tendrán,
la pluma libre vuela,
paraguas plegados
sólo sirven al cansancio.
Me encanta.
Besines 😘😘😘😘😘