Crujen los corazones
recordando la sonrisa
ausente,
se preguntan donde dejaron
aquellos amaneceres
repletos de luz,
ahora sólo sumergen
cenizas del resplandor,
opaco a la razón
ocultadas por las cicatrices
cosidas con heridas.
Pasean con las marcas tatuadas
sobre los surcos de su piel,
mañana ojos no despertarán
y lo sellado se olvidará
en las carnes de otros.
Llevan su precio
bien marcado
donde simulan
ciega persona.
Aveces ves ser
caminar con el sosiego
de haber ganado la batalla
al sastre con hilos de oro,
convertidos en eso,
hilos que se rompen …