Dime de qué color es el espíritu, si puede volar, acaso planear, si se posa en una sonrisa o la construye con premisa.
Viaja a través de los tiempos o se pierde en una dimensión perdida, quizás se posa en tu cima o prefiere colina.
Llorá con la almohada en pecho o grita de alegría al besar suelo, es posible, exista en lo incierto y con tal despiste se ocultara en firmamento.
Lo cierto, es que en el ocaso se refleja en la mirada y al amanecer se oculta tras cálidos párpados. Te mira al corazón, donde es imposible ocultar realidad ni siquiera engañar.
Ves tu alma ni siquiera ahora rendida, siempre viva y flotando sobre Universo de unos labios en verso.
Puede que exista
y hasta la duda
se convierte en agua.
