Lo hice, descendí de los cielos baje al Infierno y estuve tan cerca de saborear su ceniza que me abrí el alma para encontrar motivo de tanto descenso.
Fui antipática con el mismo demonio y hasta le escupí en la cara gritándole que su reino estuviera tan al fondo donde respirar costaba.
Él sonriendo me cerró su reino y mostró con el dedo donde debía rendir pleitesía.
Ni cielo ni su infierno aceptan y desde entonces vago por la tinta que sangra y me quedo en la tierra con mortales desconocidos de sus bocas donde no les importa si hace calor o frío.
¿Y sabes que?, aquí en la sombra las flores son más hermosas y los días llenos de siluetas se pasean entre esas sombras.
¿Ves la flor?.

Erotismo en esplendor, en mi cuerpo acaricia, cuando tu mundo calla nos poseemos en grito y jadeamos con alas nuestros sexos.
Quedaros con vuestro mundo, en el mío nos lo pasamos mejor.